Buenas noches, amor/ Goodnight, My Someone.

El día a día/ The days we're living

Kristen Chenoweth. Goodnight My Someone.

   98311dfa995511e2852322000a9e288c_7El pelo sal y pimienta, con los rizos muy cortos, y unas gotas pequeñas de sudor en la frente.

   Los párpados cerrados y las pupilas dormidas. Esas pequeñas arruguitas en la piel morena.

   Esa nariz, esos labios, tan dulces como el primer día, de un rosa pálido, destacando en la piel del rostro como un corazón que late.

   Y los hombros redondeados, desnudos y dulces todavía. Y los brazos enormes, que engarzan garabatos apasionados que todavía arrebatan.

  Y tu pecho enorme, lleno de un vello suave salpicado por algunas hebras grises de tiempo ido.

   Y unas piernas sin fin que corren en pos de los días por venir.

   Duermes. Y yo a tu lado.

   Después de tanto tiempo juntos, aún te veo como el primer día, con la emoción de lo nuevo y el tacto de lo único.

   Fuiste un universo una vez; continúas siendo, para mí, un mar de planetas.

   Y no me cansa verte dormir pues descansamos ambos.

   Te mueves con lentitud, aprendidas las maniobras para no despertarme. Tanto que nos conocemos. Y sonrío.

   Después de tanto tiempo seguimos juntos y la pasión, que no es la misma, y la confianza expandida, están aquí, con nosotros, y pulsan con el ritmo de la vida que vivimos.

   Tú y yo.

   Dulces sueños, amor mío. Te veo con treinta años y te veo ahora, tras el tiempo pasado. Y todo es igual y nada es lo mismo. Ni tú ni yo.

   Si te viese con ojos ajenos vería el paso de la vida en tu rostro precioso, en ese cuerpo que del acero parece hecho ahora de plumas ligeras. Pero te sigo viendo con los ojos del amor que nace día a día, y para mí siempre serás hermoso.

   Descansa, amor mío. Que el mundo sigue girando mientras giramos en esta cama enorme que se nos queda pequeña.

   Busco tu mano y acaricio esos brazos que me abrazan en la inconsciencia, buscando un refugio conocido, un paréntesis de paz.

   Eso soy para ti.

   Y tú para mí.

   La noche pasa. Nosotros también. Otros vivirán una vida similar. Otros nos dejarán de lado y nos olvidarán. Pero tú y yo seguiremos siempre juntos, en este mar de la tranquilidad, hasta que los días se apaguen y la noche se prenda de sol.

   Buenas noches, amor. Una y otra vez. Buenas noches, amor.

   Me escondo entre tu pecho cálido y suspiro.

   Qué felicidad.

Ningún corazón me pertenece/ Nobody’s Heart Belongs To Me.

El mar interior/ The sea inside

   f104f60a89a511e299a722000a9d0ee0_7Nadie me escribe poemas. Ni en la noche estrellada me muestra el camino de sus caricias.

   Nadie me susurra al oído pequeñeces sin importancia. Y nadie se ríe conmigo ni de mí.

   Ningún amor parece contenerme esta noche. Ni una nota escapada, ni un gemido oído ni un dedo curioso por mi espalda.

   Ningún corazón me pertenece esta noche. Ni una mano que me llene de suspiros ni una boca preciosa que musite mi nombre.

   Nadie me ama esta noche. Ni ayer ni mañana. Nadie me quiere a su lado, nadie desea un amor callado que abrace, ni un pañuelo que, atado al cuello, simule millones de besos apasionados.

   Nadie me dedica una canción. Ni una nota secreta.

   Nadie me abraza esta noche. A nadie le pertenezco, a nadie le importo.

   La luna repleta no tiene otro nombre: ni el mío ni el de nadie más. Esta noche. Ni nunca.

   Ningún corazón me pertenece esta noche. Ni el mío, desde que te vi.

Salud.

El mar interior/ The sea inside, Lo que he visto/ What I've seen, Los días idos/ The days gone

  06c2257a90c311e2979d22000aaa0925_7Hace ya tanto tiempo. Me duelen los ojos al verlo. Los dedos pasan por las páginas amarillentas y los sueños parece que vuelven a tener sentido.

   Qué gracia. Los años han pasado, y este bar está casi igual. El pianista parece el mismo, sólo que ahora tiene nieve en el pelo y cierta rigidez que sólo un oído experto podría identificar, alguna nota disonante, el eco de la voz grave cascada por los años.

   Salud.

   Jugueteo con el hielo de mi bebida. Antes, la última vez que estuve sentado aquí, pensaba en la suerte que tenía, en lo maravilloso que era todo, en las posibilidades del futuro…

   Ahora ya no.

   Salud.

   Y otro trago esperando por ti. El tiempo ya no va ni viene. Aquí estamos casi por casualidad. Nos tropezamos por la calle tras el último adiós, en las puertas de este bar ya muy cerrada la noche. Y otro trago mientras espero por ti.

   La vida es un círculo amargo, como esta bebida y mis recuerdos.

   Los lugares se superponen, como las sensaciones y los recuerdos. Todo parece lo mismo pero no lo ha sido. Ni vivimos juntos ni tuvimos recuerdos en común, no más allá de aquella noche en la que me citaste para decirme adiós.

   Así que no hay síes que recordar, ni siquiera noes, qué más da. Ni risas, ni vida, ni adioses.

   Y sin embargo aquí estoy… ¡Salud! Por la vida que no fue y por el amor que pudo ser y por los recuerdos que pudo haber habido y que no hay.

   Va por ti, que llegas tarde. Y por mí, que ya no me interesa casi nada de tu vida. Lo bueno se hace mejor y lo peor se olvida. Para otros. Pero no para mí. Que olvidé lo que era amar cuando me dejaste aquí, noche cerrada y el bar cerrado, sin apenas respiro.

   Salud por ti. Y por mí. Y por la vida que no tuvimos.

   Llegas tarde. Como siempre.

   Pido otra. Y sigo brindando por las sombras de lo que nunca fue.

Tres Líneas: búsqueda de un tiempo ido/ Three Lines: a Quest for a Lost Time.

Arte/ Art, El día a día/ The days we're living, Libros que he leído/ Books I have read, Literatura/Literature

   860353_612420458774777_28528364_oLa red nos permite literalmente vivenciar el nacimiento y el desarrollo de intentos artísticos que quizá, sin esa inmediatez, no sería posible llevarlos a cabo.

   El escritor de novela histórica, Carlos Hugo Asperilla, muy dado a recobrar el tiempo perdido navegando en las raíces de la personalidad humana y de sus consecuencias, ha comenzado junto a sus compañeros Elena Montesinos y Óscar Moreno, la redacción a tres manos de un relato epistolar que desea retratar, más que la desgastada realidad española de la posguerra inmediata, el universo interior de tres hombres marcados por ella, sus miedos y sus deseos, frustrados o no, y cómo el miedo, el fracaso y las heridas abiertas afectan a su día a día y a su destino como seres perdidos en un universo desecho que intenta, mal que bien, volver a levantarse, volver a ser lo que era, o lo que debe ser a partir de ese momento.la foto

   De esta forma, en Tres Líneas las vidas de Dalmacio, Luis Miguel y Emilio desfilan ante nosotros haciéndonos partícipes de sus pensamientos más profundos, de sus miedos y de los errores y éxitos que los definen y los impulsan a seguir con vida. Más que un alegato político, como ha sido la gran mayoría de las manifestaciones artísticas ambientadas en esos tiempos convulsos, la tarea de estos tres escritores es más íntima, y por tanto más interesante: no es una defensa ideológica, más bien es un retrato de aquello que se ha perdido y de cómo las consecuencias de nuestros actos llegan a afectarnos hasta los cimientos.

   860612_616956108321212_1516865386_oA través de este viaje epistolar, muchas veces clandestino, vamos descubriendo, entrega a entrega, el universo profundo que afecta a estos tres hombres, y cómo cambian y se adaptan a la realidad que les rodea y que acaba afectándoles, de una manera u otra, como nos ocurre a todos, incluso en nuestros días, llenos de vacío cultural y de identificación con nuestra única humanidad.

   A través de Facebook podemos vivir, literalmente, el nacimiento y el desarrollo de este experimento, de esta historia a tres líneas, como una nueva forma de hacer Literatura (epístolas y fotos son todos procedentes de sus autores), y de disfrutar en el proceso y de interiorizarlo y compartirlo.

Grace: Memorias/ Grace: A Memoir.

Arte/ Art, El día a día/ The days we're living, Libros que he leído/ Books I have read

   S.Yarhi-Grace-Coddington-460x308Grace Coddington es el alma creativa de Vogue América. Su trabajo único, su elegancia, ese maravilloso gusto por hacer no sólo la mejor fotografía, si no, lo que es su fin, mostrarnos de la forma más atrevida posible y más poética, lo bello que tiene la Moda y lo que nos aporta de bastión, de proa.

   Grace: A Memoir son sus memorias, su forma de ver la vida, los pequeños secretos que hacen de ella una mujer completa, y al mismo tiempo, un retrato de lo que ha sido la última mitad del S. XX y la primera casi cuarta parte de este siglo.

   Se define como anticuada y no entiende los impulsos electrónicos de los nuevos tiempos. Pero es una cortina de humo: ella posee en su interior la verdadera base de lo que sabemos es la vida, y nos demuestra cada mes, cada vez, que las tendencias van y vienen, pero sólo lo básico, lo real, lo duradero es lo que al final perdura. Está más allá de toda tecnología, porque el Arte que posee es lo que la define y la hace eterna.memorias-de-coddington-400x290

   No es un libro de grandes definiciones; no necesita si quiera de un orden aparente. No busca retratarse culta, no necesita si quiera etiquetas que la definan de una manera u otra: nunca la han podido restringir en una categoría, ni como modelo ni como editora de moda. Siempre ha sido ella, Grace Coddington, y siempre será ella misma. Algo que no sólo el mundo de la Moda, si no del Arte, le agradecerá una y otra vez.

   La Moda no es Arte, pero su trabajo sí lo es. Tiene un propósito: toda obra artística nace, en un principio, para algo determinado. Pero cuando es verdadero Arte, esos motivos se trascienden, pasan a un segundo plano, y se revela la universalidad, la belleza y, a fin de cuentas, llega a tocar el corazón de quien lo observa, haciéndose uno con el alma de quien lo disfruta. Un vestido no es Arte, tampoco un zapato, ni un complemento. Pero su conjunto, expuesto a través de su imaginación, hace que florezca y que perdure, como una fragancia única, a través del tiempo.

   Y sus memorias lo son. Como ella.

(Tenemos) Esta noche/ (We’ve Got) Tonight.

El día a día/ The days we're living, Los días idos/ The days gone, Música/ Music

   85cc8660836411e2b45022000a1fb3cd_7Aquí estamos, después de tanto tiempo.

   Ha pasado de todo, creo. Nos despedimos. Nos alejamos el uno del otro. Y no supimos más.

   Creo que te casaste, o eso me dijeron. Y que no funcionó.

   Eso pasa.

   Yo no funcioné con nadie. Así, tal cual. Nunca como contigo.

   Y ahora…

   Tenemos esta noche para reencontrarnos.

   Parece que el tiempo apenas de te ha tocado. Nada de ti ha cambiado. Ni el brillo de tus ojos ni ese encanto tan especial.

   La distancia ha hecho que tú seas más tu. Si eso es posible.

   Tenemos esta noche para decirnos lo que callamos. Lo que no nos hemos dicho y que el tiempo no ha borrado.

   Te toco. Me tocas. Y sonríes. Y se me voltea el cielo lleno de estrellas. Están en tu boca, quiero que lo sepas. Y tengo sed.

   ¿De qué preocuparse? Sólo es esta noche. Y no hay nadie más.

   Tenemos esta noche. Tú y yo solos. ¿Quién quiere un futuro?

   Me tocas y te toco. Sé que es tarde y que debemos irnos. Tú por tu lado, yo por el mío.

   Pero aquí estamos. Inmóviles. Solos. Juntos. Pegados. Cansados de la vida. Pero con ganas de darnos un beso.

   ¿Quién quiere un mañana?

   Tenemos esta noche para ser lo que fuimos. Para ser mejor de lo que fuimos. Y hasta soñar que lo seremos.

   Esta noche. Tú y yo juntos. Otra vez.

   Sólo esta noche. Y mañana, ya se verá.