Seis puntos sobre Emma: clara ceguera/ Six Points About Emma: clear blindness.

Arte/ Art, Lo que he visto/ What I've seen

Seis puntos sobre Emma es el primer largometraje de Roberto Pérez Toledo.

Es una historia de desamor y desencuentros, un reflejo fiel no sólo a la filmografía del autor si no de la sociedad actual. Estamos acostumbrados a buscar y pedir, y cada vez menos a dar algo a cambio. Es la ausencia de generosidad, la atroz voluntad de Emma por conseguir lo que quiere, su fiera independencia, lo que la hace vulnerable en esa huida hacia adelante, y nos recuerda en cada minuto lo que nos hemos convertido como colectivo.

Todos sus protagonistas luchan, se entregan y se repliegan. Todos poseen una discapacidad física que se traduce en un tartamudeo interno; todos tienen una discapacidad emocional, a pesar de lo que desean, exigen y creen encontrar.

 Seis puntos sobre Emma busca el sentido a estar vivo. Por encima de cualquier discapacidad física, incluso por encima del invierno interior que todos sus protagonistas poseen. Cada uno de ellos es una isla que busca tener contacto, perderse en un abrazo: todos menos Emma, que sólo quiere ser libre. O tan libre como ella cree ser.

Atrapada en su ceguera y en su orgullo, Emma va en pos de su sueño sin importarle el coste. Para cuando se da cuenta, casi es tarde, pero recula, o mejor, da un paso hacia adelante, y como todos hacemos; los demás, que creen tenerla, bien sea físicamente, bien en la eterna fantasía de la puerta de al lado, terminan dándose cuenta que es imposible encerrarla en un amor en el que ella ve, tras sus ojos velados, una signo de debilidad y de dependencia que no está dispuesta a asumir.

En Seis puntos sobre Emma se habla de amor a través de las imágenes de Roberto Pérez Toledo sin ser nombrado nunca; en su guión, del mismo autor, se consigue sublimar lo que nunca puede ser posible porque se renuncia siempre, o se renuncia a una cosa para poder seguir siendo la otra.

Emma, como los demás, es egoísta: busca algo sin importarle los platos rotos que quedan detrás. Cada uno de sus protagonistas hace lo mismo, y todos terminan heridos y rotos. Hay mucho de la filmografía de Roberto Pérez Toledo en este constante afán por desentrañar las vigas de un corazón destrozado.

Emma sale indemne de ese pequeño ciclón que ella misma ha creado; huye de un compromiso que puede se maravilloso por la certeza de un presente que anhela y que puede manejar. No mira hacia atrás, no aprecia la estela de corazones rotos, de vidas a medio acabar, que deja tras de sí: su ceguera es demasiado clara y mira siempre, siempre, hacia un futuro que parece no llegar nunca.

Seis puntos sobre Emma es una reflexión sobre las vidas rotas, sobre los gritos interiores que a veces se escapan de nuestras bocas; sobre el ansia de conseguir, la dificultad de dejarse amar y el siempre doloroso proceso de necesitar ayuda y no pedirla nunca.

Está llena de silencios y de mar. Y de miradas que se cruzan y de sentimientos que apenas se tocan y se repelen. Y de un vacío que desea ser llenado, pero que no lo consiguen nunca. Es una historia que toca fibras profundas con cierta amargura pero también con mucha clarividencia: a veces somos demasiado egoístas y puede que eso sea bueno, y a veces somos demasiado ciegos par apreciar las ventajas de una amor y de una dependencia que puede ser la puerta de acceso a la verdadera libertad.