Salud.

El mar interior/ The sea inside, Lo que he visto/ What I've seen, Los días idos/ The days gone

  06c2257a90c311e2979d22000aaa0925_7Hace ya tanto tiempo. Me duelen los ojos al verlo. Los dedos pasan por las páginas amarillentas y los sueños parece que vuelven a tener sentido.

   Qué gracia. Los años han pasado, y este bar está casi igual. El pianista parece el mismo, sólo que ahora tiene nieve en el pelo y cierta rigidez que sólo un oído experto podría identificar, alguna nota disonante, el eco de la voz grave cascada por los años.

   Salud.

   Jugueteo con el hielo de mi bebida. Antes, la última vez que estuve sentado aquí, pensaba en la suerte que tenía, en lo maravilloso que era todo, en las posibilidades del futuro…

   Ahora ya no.

   Salud.

   Y otro trago esperando por ti. El tiempo ya no va ni viene. Aquí estamos casi por casualidad. Nos tropezamos por la calle tras el último adiós, en las puertas de este bar ya muy cerrada la noche. Y otro trago mientras espero por ti.

   La vida es un círculo amargo, como esta bebida y mis recuerdos.

   Los lugares se superponen, como las sensaciones y los recuerdos. Todo parece lo mismo pero no lo ha sido. Ni vivimos juntos ni tuvimos recuerdos en común, no más allá de aquella noche en la que me citaste para decirme adiós.

   Así que no hay síes que recordar, ni siquiera noes, qué más da. Ni risas, ni vida, ni adioses.

   Y sin embargo aquí estoy… ¡Salud! Por la vida que no fue y por el amor que pudo ser y por los recuerdos que pudo haber habido y que no hay.

   Va por ti, que llegas tarde. Y por mí, que ya no me interesa casi nada de tu vida. Lo bueno se hace mejor y lo peor se olvida. Para otros. Pero no para mí. Que olvidé lo que era amar cuando me dejaste aquí, noche cerrada y el bar cerrado, sin apenas respiro.

   Salud por ti. Y por mí. Y por la vida que no tuvimos.

   Llegas tarde. Como siempre.

   Pido otra. Y sigo brindando por las sombras de lo que nunca fue.