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Una vieja casa compostelana, vista con los ojos deslumbradores de Daniel Almeida./ And old Compostelan house, through the magical eyes of Daniel Almeida.
Primera aventura en el mundo de los cortos del fotógrafo y surfista Daniel Almeida, en el que podemos disfrutar de su aprecio por la belleza natural, por el surf obviamente, y un rendido homenaje al ermita de Camelle, que siguió un impulso y consiguió una vida.
First short-film of photographer and surfer Daniel Almeida. We can enjoy his passion for wild-life, surf and, like a little secret, the beauty of Camelle, one man’s dream that transformed into one man’s life.
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…a Piernas de Alambre, por abandonarme.
Sabía que serías peligroso para mi corazón. Lo sabía. Hasta ese momento mi mente podía más que mi corazón y me mantenía a salvo, a flote y alejado de cualquier error. Porque el amor es un error cuando no es correspondido, cuando el objeto amado no es más que un espejismo de nuestros sueños y cuando una sonrisa pasajera, una mirada intensa y una voz aterciopelada aterriza en nuestra vida para desbaratarla por completo.
Pero el camino del corazón es tortuoso y no gusta de atajos. O eso dicen. Porque mi amor por ti atravesó todas las barreras, todos los prejuicios, todos los bienes razonados. Era un error, estaba mal, no eras para mí…Tonterías. Mi corazón salió desprendido de mi boca y te lamió la cara, te comió el pecho y me dejó sediento de tu sudor, hambriento de tu olor y mudo de sentidos vacíos. Porque cuando entré en el camino del amor, un momento de ceguera pasajera, un arrebato sin control se apoderó de mí, y corrí como un poseso y me detuve en tu cuerpo asiéndome a él con una intensa ansiedad arrebatada e idiota.
El amor nos hace imbéciles. Y el amor no correspondido nos obliga a naufragar por los médanos de la indiferencia, por las rocallas de la ingratitud y lo obvio, por el camino sin retorno de lo que nunca será.
Cuando vi tus ojos de miel y desierto, tu sonrisa de ángel caído y esos brazos afilados y morenos, atravesé el puente sin retorno del amor y contemplé cómo esas llamas heladas lamían sus bases y destruían mi seguridad. Tú me sonreíste como se le ríe a un tonto, y el amor que encendiste en mi pecho desbarató mis temores, congeló mis razones y me dejó solo, abandonado a tu merced, una voluntad de títere en unas manos de indiferencia.
Pues así es el camino del amor no correspondido, ése al que arrojé mis sueños por quererte, Piernas de Alambre. El camino del amor lleno de espinas, en las que una caricia hueca es un regalo del universo, y un abrazo perdido en la noche, es el mundo arrebatado de pasión inútil. Y aunque sabía que serías veneno para mi alma y que ese amor insano debilitaría mi vida hasta los cimientos; me dejé arrastrar por esa pasión insalubre, me dejé llevar por esos sueños alocados en los que sólo yo bailaba un vals asonante y pasajero, y cuyos momentos memorables, de tan simples, ya se los ha llevado el viento.
Y sin embargo, amor mío, no te culpo de nada, no te cargo de responsabilidad ni de olvido. Ni ese juego al que te abandonaste, ni que comieras mi corazón a cucharadas, ni que dejaras el rastro de tu piel atado a mí para siempre. Ya no busco culpables, porque incluso el amor loco, el amor hueco, el amor inútil tiene lugar en el mundo, en el mío al menos, que quedó vacío cuando descubrí que te habías ido sin decirme adiós.
El camino del amor no correspondido, el camino del dolor sin sentido, el sendero de la libertad desdibujada… Piernas de Alambre, sombra fugaz, fantasma informe, traidor de mi corazón, sueño desprendido, ansia descarnada, cobardía despechada y camino del amor imaginado…