Los días al sol (que ya se han ido)

El día a día/ The days we're living, El mar interior/ The sea inside, Los días idos/ The days gone, Música/ Music

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Los días al sol, cuando todo parecía fácil, ya se han ido. Esos días del pasado, tan perfectos que la paz parecía irreal, libres de deseos porque todos estaban en ti, se han perdido cuando te fuiste. Nada ha cambiado desde entonces, como si el tiempo se hubiese congelado en mi dolor, y sin embargo la vida ha fluido tranquila entre mis manos, escapándoseme, cambiando y dejando atrás mi presente convertido en un pasado que ya no existe.

Ahora me doy cuenta que esos días al sol eran felicidad. Nada podía ser más perfecto que el sol en tu pelo, que el brillo de tu sonrisa y esa voz de terciopelo oscuro, acariciante y seductora… Ahora sé que esos días de sol el mundo conspiraba con nosotros en la risa, en el abrazo, en la sensualidad: todo fluía, todo era de una sencillez desarmante… Y todo era quebradizo, frágil: esa risa, el eco de un recuerdo, el roce de nuestra piel y esos momentos tranquilos, cuando todo pasaba, en los que la respiración agitada daba paso al susurro y finalmente al sueño.

¡Oh, los días al sol, que ya se han ido! Días egoístas llenos de diversión, pintados de un atardecer que semejaba eternidad; cuando tus ojos eran bellos, del color de la miel y las abejas, y tu abrazo una comodidad que invitaba a dormir una siesta eterna. Ahora lo sé… Los días al sol en un arrullo, sintiendo el agua helada de un riachuelo y el frotar cristalino de los grillos en primavera.

Nada parece más perfecto que las primeras edades del amor: todo es pasión y paz y descubrimiento y brillo… Después, bueno, después viene aburrirse, callarse, dejar que las diferencias dividan más que aglutinen, y que la vida separe lo que los corazones se empeñan en mantener unido…

¡Oh, cuánta cuenta me doy ahora! ¡Y cuánto daría por revivir si quiera un día de sol a tu lado, para cambiar los muchos errores que cometí, las injusticias de las que te acusé, la obsesiva afinidad por el control que tanto daño nos ha hecho!… ¡Cuánta cuenta me doy ahora! Cuando nada puede ser cambiado y el dolor de lo perdido, la melancolía de lo que pudo haber sido y no fue, me atrapa y me consume…

Los días al sol, que ya se han ido, mitigan mi dolor, me recuerdan que, a pesar del tiempo, aún permanecen en mi memoria, y aunque no pueda dar marcha atrás para revivir ese momento de excelsa belleza y amor puro, puedo cerrar los ojos y evocar una tarde tibia, con un rayo fosforescente de sol moribundo, en el que cerramos los ojos por la oscuridad, y fuimos acercando nuestras bocas poco a poco hasta que nuestros labios se encontraron y, temblorosos, se dieron ese primer beso que refulge en mi memoria…

Aquellos días del pasado, demasiado perfectos para descubrirles hoy algún fallo, tan distantes de mi realidad, tan ajenos a mi hoy… A veces me pregunto qué habrá sido de ti, cuando ese dolor sordo me llega a la garganta y anula todo intento de relación mundana; a veces, cuando tropiezo con un rayo de sol a las seis de la tarde, con un ocaso perezoso y mágico, recuerdo el color de tus ojos de miel y la suavidad de un pelo oscuro como un secreto, e intento revivir cada una de las sensaciones que tenía, cómo mis dedos desaparecían en el pelo abundante que te llenaba la cara, y la sonrisa tranquila, un tanto confiada y tan seductora que era tuya, sólo tuya, y mía…

Ya nada es como antes, pues nada me atrae. Sólo los recuerdos cuando me asaltan por sorpresa, sólo los días de sol que ya se han ido y, por lo mismo, me empeño en recuperarlos, para no olvidar nunca que una vez fui feliz, sencillamente feliz, plenamente feliz, con muy poco, con mucho en realidad: la libertad de una juventud inconsciente y un amor a borbotones que, de tanta fuerza, llega a mí veinte años después.

¡Oh, los días al sol! Recordando el aroma, el sentido, la sensación y el peso de aquel que una vez se fue y no ha regresado jamás…

Days in the sun
When a life has barely begun
When no love, no prize can’t be won
I remember warmly…
Those days in the past
Far too perfect and peaceful to last
And the skies were soon overcast
And the days grew cold
Oh those days in the sun
What I’d give to relive just one!
Change what I’ve done
Turn my life around.
But that isn’t real,
And the empty pain I feel
Goes on and on
And days in the sun
Are a long time gone
Days in the sun,
Selfish days I used to call fun,
Fool myself stealing love on the run
While the light was fading.
That far distant time
When I saw no reason or rhyme
To be changing my ways
But I’m not so certain now.
And those days in the sun,
What I’d give to relive just one!
Change what I’ve done
Find some room for love.
But I know the deal,
And the empty pain I feel
Goes on and on
And days in the sun
Are a long time gone
I know the deal,
And a love I must reveal.
What I must do
For days in the sun
To come shining through

Samaín/ Samhain.

Arte/ Art, Lo que he visto/ What I've seen, Los días idos/ The days gone

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De la serie de TV La Bella y la Bestia (Beauty and the Beast), el capítulo correspondiente a Halloween, o Samhain como se dice en el mismo: Masques (1987). En la tradición celta, de la que esta tierra gallega está embebida y a la que pertenecemos en gran parte, Samaín tiene el mismo significado, el mismo rito, la misma esencia: el momento único en que la  pche y el día se envuelven en un abrazo aterro y hace aparecer lo que queda y lo que se fue.

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Soneto/ Sonnet.

Arte/ Art, Libros que he leído/ Books I have read, Literatura/Literature

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XXIX

Cuando, en desgracia con Fortuna y con el mundo,

lloro a solas mi sola condición de paria

y el sordo cielo en vanos con mis gritos hundo

y me miro y maldigo mi estrella contraria,

deseándome igual a otro de más largo 

favor, con sus amigos, con su parecido.

envidiándole el arte a éste, a aquél el cargo,

con lo que más disfruto menos avenido,

ya en ésas casi odiándome, al fin por ventura

pienso en ti, y al momento mi suerte de un vuelo,

como alondra al romper del día, de la oscura

tierra se alza y canta a las puertas del cielo.

Pues tu amor recordado me aporta tal tesoro

que cambiarme por reyes tengo ya a desdoro.

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XXIX

When, in disgrace with Fortune and men’s eyes,

I all alone beweep my outcast state

and trouble deaf heaven with my bootless cries

and look upon myself and curse my fate,

wishing me like one more riche in hope,

featured like him, like him with friend’s possessed,

desiring this man’s art and that man’s scope,

with what I most enjoy contented least,

yet in these thoughts, myself almost despising,

haply I think on thee, and then my state,

like the lark at break of day, arising

from sullen earth, sings hymns at heaven’s gate.

For thy sweet love remembered such wealth brings,

that then I scorn to change my state with kings.