49 goles espectaculares/ También esto pasará: Imágenes especulares.

Libros que he leído/ Books I have read, Literatura/Literature

   No soy muy dado a la literatura contemporánea. Bueno, a la publicación contemporánea. No me gusta, me siento en general muy desconectado de los gustos (al parecer) del gran público. Adoro pasear por las librerías; me gusta coger un libro cuyo título evoca en mí miles de pequeñas cosas que se aúnan en atracción y curiosidad; abrir sus tapas; oler ese aroma único a páginas recién estrenadas, y revisar en una hojeada, que es más bien un tornado, palabras, frases inconexas que terminen de embrujarme hasta comprarlo. Pero lo que encuentro en general en sus estanterías (y no me refiero aquí a los pequeños tronos en los que las editoriales potentes colocan al autor de moda) no me atrae; en realidad, hace años que mis visitas semanales no finalizan con un, dos o más libros en mi bolso (y muchos euros menos en mi billetera).

   portada-49goles-altaresolucion49 goles espectaculares, de Davide Martini, me llegó a través de un librero amigo cuyo gusto y sabiduría respeto. Decir que Iñaki Echarte Vidarte es un poeta único es menos obviedad de lo que pudiese parecer (todos lo son, pero unos pueden recordar a otros, y en su caso, no me evoca a ninguno, siendo él mismo siempre) y También esto pasará, de Milena Busquets, por dos reseñas publicitarias en sendas revistas de moda. Sí: de moda, que también tienen secciones literarias, o lo que puede pasar por eso.

   Una historia de iniciación veinteañera contada con un estilo directo, franco, sencillo, encantador; la otra, una historia de iniciación a la cuarta década, llena de reflexiones a medias, de lenguaje sencillo, franco, directo y agridulce. En suma, ambas historias, tremendamente distintas entre sí, son reflejos especulares de la vida y, reconozcámoslo, de la realidad editorial actual.

   Ambas tienen en común, además, cierto aire contestatario, cierto cariz de rabia interna que también las hermana: hablamos de una adolescencia eterna (existente hoy en día) que refleja mundos interiores intensos que pugnan por emerger, desgarros, desconexiones, miedos y certezas absolutas que se tambalean y que hacen avanzar tramas discretas (¿la vida no es realmente así?) en, de agradecer, narrativas justas en cuanto a extensión y veracidad.

   49 goles espectaculares nos lleva a la Italia adolescente con cierto aroma a Federico Moccia, pero mucho mejor, sin duda. Davide Martini tiene en común con Moccia no sólo su origen, si no también cierta magia a la hora de evocar la juventud, esa frontera borrosa en donde todo es posible menos muchas veces lo que deseamos; pero supera a éste no sólo en la forma, en el lenguaje preciso, sino en la hondura de los personajes, en la búsqueda de razones que apenas se peciben pero que preocupan y que llevarán a sus protagonistas, Lorenzo y Riccardo (pero también a Giulia y al resto de chicos que vibran en la novela) a aceptar un mundo nuevo que se abre a sus pies, a curar sus heridas y a dejarlo todo finalmente atrás. Es una novela editada en la Italia natal de su autor en el año 2007, pero que aún en 2015 sigue vigente: los adolescentes no cambian tanto como creemos. Si hubiese sido escrita en 1980 sería igual de evocadora y actual, sólo que quizá su prosa hubiese sido más profusa, más profunda y dejaría mayor huella.

   Lo mismo le pasa a También esto pasará. En la prosa de Milena Busquets encontramos reflejos de una profundidad asombrosa que no termina de emerger en un relato que, de haberlo hecho, sería una obra magna. En sus páginas hay amargura, auto-compasión, ternura y tristeza a un mismo tiempo: todos los sentimientos que se nos prenden de las faldas durante el duelo por una madre que se ha ido. Es muy actual, es muy potente, sin miedos, sin vergüenzas; Blanca se nos descubre desnuda, portentosa, sedienta, cansada, hambrienta, deseosa, y frustrada. Como la generación que vivimos. Por un lado desilusionada, por otro esperando el cambio postrero, el definitivo. Retrata, ciertamente, el estrato social de cuarenta años: consciente de su edad, demasiado embebido en sus propios problemas y sensaciones que casi olvida lo que le rodea, y que encima carga con los remordimientos que esto le produce una vez se percata de ello: una adolescencia perpetua.Maquetación 1

   También esto pasará es un retrato femenino lleno de ferocidad, alejado de los límites habituales, y nos muestra una mujer poderosa e ínfima, ubicua y cansada, temerosa y valiente, dueña de su propio cuerpo mas no de su propia vida, madre y mujer al mismo tiempo: una Carrie del siglo XXI con las botas puestas, media vida a sus espaldas, llena de amargura pero no por ello desencantada, y que aún cree en un cierto final feliz que la aleje del cansancio, le alegre la vida y la deje por fin en paz.

   No es una novela generacional, quizá porque se queda un poco en la superficie de lo que realmente pudiera ser. Cuando pasamos sus páginas nos damos cuenta que una mujer de cuarenta años es todo esto pero es más, o mejor, que es todo esto por una serie de razones que se nos escapan, o que apenas se dibujan, y nos deja que con ganas de más. Al menos a mí… Quiero saber más de Blanca, de su relación con los padres de sus hijos, con sus hijos y sus amigas, con ese desconocido que no acaba de cuajar, con aquellos fantasmas que deja atrás, y sobre todo con su madre, cuya pérdida es el eje central, o la causa fundamental, del relato. Me gustaría saber porqué es un libro cargado de rabia, la razón de que toda una generación sienta ese desazón y ese devenir tan característico sin embargo de la adolescencia, y su total descaro a la hora de declararlo y de retratarlo, aún a medias.

   Esto hace de dos libros tan diferentes imágenes especulares: la adolescencia precoz y tardía (llamémoslas así) se dan la mano y se reconocen en un mundo editorial tan distinto como es la temática homosexual y el gran mercado heterosexual.

   Y esto me hace pensar en las razones de las que me alejo del mundo editorial actual: También esto pasará podría haber sido una gran novela (para mí), si tuviera la hondura suficiente de aquellas con las que la compara su propia editorial. No es Sagan ni mucho menos Duras, mujeres escritoras y valientes (hay muchas más, pero empleo la referencia directa de la empresa editorial). ¿Por qué? Porque no excava lo suficiente, no se anima lo suficiente, no tiene la hondura suficiente (y no me refiero aquí a sesudos discursos hedonistas ni psicoanalíticos que pudieran enfangar una narración sin embargo sedosa como el Mediterráneo, donde está ambientada) ni el calado suficiente para que este retrato supuestamente generacional (y sí que lo es) me atraiga por completo. Se queda en lo cotidiano, en las explicaciones simples, en pinceladas certeras pero no completas, de lo que somos hoy en día como sociedad y en lo que seremos en un futuro no muy lejano. Y, sin embargo, creo entender que es por esto por lo que esta novela es un éxito. Y por eso no suelo leer literatura actual, o lo que hoy pasa por eso, que quizá sea muy diferente.

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