Maquillaje/ Makeup.

El día a día/ The days we're living, Medicina/ Medicine

   Ayer, mientras informaba a los familiares tuve que enfrentarme a una situación singular, no por extraña, si no precisamente por lo contrario: lo usual que es.

   El paciente de la cama 15 estaba muy grave. problemas respiratorios sobreañadidos a un linfoma de mala evolución; pronóstico reservado; puede dar un susto en cualquier momento. Es decir, en estado crítico. Exactamente como estamos en España. En la UCI, rodeados de medidas que nadie parece querer tomar y mucho menos explicar (las raíces del titubeo político se hunden en la casta que se han organizado y de la que ningún político se salva, pero ésa es otra historia). Pues bien, en el día de ayer había alguien que sí iba a explicarles la situación tal cual era.

   Se llevaron una pequeña sorpresa pues no se esperaban tal grado de crudeza. A mí me sorprendieron menos de lo que cabría esperarse, porque en conjunto y con nuestras diferencias, solemos dar una información lo bastante uniforme para que la picaresca gallega no haga de las suyas y, por lo demás, solemos contar la verdad tal cual es, con matices un poco más humorísticos, un poco más secos, a veces más positivos y a veces negros como un oscuro pozo. Digamos que la información de ayer era así: profunda y oscura, con escasas esperanzas. Y es que en un momento tan delicado eso es lo que hay que hacer: ser conscientes de lo que ocurre, explicar las medidas a tomar en caso de desarrollar esta u otra compilación, y dejar claro que la vida del paciente está en juego.

   Sí pero no.

   En general nos gusta el maquillaje. Tapamos imperfecciones, resaltamos rasgos, ocultamos experiencias, obviamos algunas tristezas y temores, en el rostro y en el alma. La sorpresa que se llevaron estos familiares sólo era en parte fingida: un médico les había dicho ayer por la tarde que estaba un poco mejor. El médico aquel  no mentía, sólo se limitó a describir la situación en aquel momento, interpelado de forma rápida durante la visita familiar a los pacientes. La situación era distinta en la sala de información, donde se tiene más tiempo libre para poder explicar la situación clínica de los pacientes. Como era mi caso. Y esa respuesta era menos falsa por la propia actitud de los familiares, tendientes a negar una gravedad que saben ya de antemano, para no pensar en eso realmente durante el tiempo que pasan en el pasillo de la Salud Perdida. Encarar la verdad requiere unos arrestos que pocos tienen, y una plasticidad poco frecuente y un sentido común difícil de encontrar hasta en las personas más preparadas intelectualmente. El mundo del sentimiento es un lío, y el de un sentimiento alterado, un tornado del que es difícil salir indemne.

   Pero es mi obligación y mi lealtad para con el paciente y para con ellos ser lo más sincero posible ante una situación tan crítica: no valen escondrijos ni maquillajes ni falsas esperanzas. Sólo afrontar el instante presente y lo que se avecina con la mayor consciencia y la más entregada voluntad. Sin embargo, esos familiares no lo entendieron. Me miraron con expresión extraña, y me interpelaron un tanto airados lo diferente que había sido aquella información con ésta y a ver si nos poníamos de acuerdo en cómo decíamos las cosas y así. Esperé unos segundos respetuosos a que acabaran con su perorata. En mi impulso luchaba decirles que se fueran de allí (realmente es lo que me apetecía, manipuladores hay en todas partes y estos eran de ese grupo) o bien intentarles explicar la situación de la información de la mejor manera posible.

   Me vi a mí mismo vendiendo el presente del enfermo para que, sin entenderme (que no lo hicieron), comprendiesen la enorme gravedad y el instante crítico que estábamos pasando todos: el enfermo, ellos y nosotros. Y me di cuenta que ésa es la actitud que muchos tomamos ante la vida y que los políticos con su síndrome del avestruz agravaron todavía más. No creo que deba vender una explicación que cae por su peso; si embargo, hay momentos en los que las artes de la diplomacia deben entrar en juego para que la comprensión se establezca, para llevar a buen puerto las mejores intenciones (y también las malas, todo hay que decirlo.)

   En cierto sentido me sentí un tanto estúpido intentando aclararles el asunto. Por otro, me pareció mi deber clarificar las dudas intensas que parecía haber en aquellas personas. Quería que se fuesen de allí con la idea bien clara que el paciente podía fallecer en cualquier momento y que la terapia podía ir bien como podía ir mal. Quería que supiesen las sorpresas que podríamos encontrarnos y que supieran que estaríamos allí para evitarlas o afrontarlas caso de aparecer en el horizonte. Exactamente lo que yo exijo de la clase política y exactamente lo contrario que, como ciudadanos, recibimos.

   Y en medio de la sala de información me vi a mí mismo como un político que intenta engatusar al electorado con sus ideas o sus ideales (baratos) para conseguir su apoyo; aunque en mi caso la entrega a la solución del problema es muy real y en cambio en ellos, más empujados por las circunstancias que por la entidad de servidores públicos que han perdido, es mínima o ya no existe tal como esperábamos.

   Cómo nos gusta disfrazar la realidad, cómo nos gusta anteponer una máscara al rostro. Seguimos prefiriendo el maquillaje, los sueños, a la realidad….

   ¿No es irónico?

   Y así nos va.

Alguien que vele por mí/ Someone to watch over me.

Arte/ Art, El mar interior/ The sea inside, Música/ Music

Someone To Watch Over Me. Linda Ronstatd & The Nelson Ridlle Orchestra.

   No tiene que ser muy guapo. Tampoco muy bajo ni demasiado alto.

   Ni my delgado ni muy gordito. Así, normal.

Puede tener los ojos claros y ser miope; puede no ser muy rico; puede ser simpático y callado. O hablador y parrandero.

En la noche quizá ronque un poquito (todos lo hacemos). Y puede que vaya girando imperceptiblemente hasta el borde de la cama. Puede lanzar sus brazos a buscarme o puede darme la espalda y tocar el universo con nuestros cuerpos.

Por el día quizá esté muy ocupado y hasta sea un tanto despistado; puede que se le quede algo siempre, o las gafas o la cámara o un jersey.

Pero llamará para saber dónde estoy. Pero se acercará al oído para susurrarme un hola, un cómo estás.

Y en las reuniones tediosas, sin decir palabra, alzará la mirada y sabrá decirme que nos marchemos de allí.

Y me abrazará mientras vamos uno junto al otro, en silencio, hasta casa. Y le hablaré de lo que no le he dicho nunca a nadie y sabrá cómo entenderme, o al menos fingirá que me entiende: todo lo que el amor hace por aquel que queremos.

Y llevará la billetera que le regaló su prima la estrambótica; y cocinaremos platos de casa, que para exotismos ya está la calle llena de restaurantes. Y vendrán nuestros amigos, nuevos y viejos, a echarse al sofá, a ver televisión, a charlar sin sentido sobre todo lo que ocurre en el mundo; a pontificar sobre política; a ahondar sobre el amor, el desengaño, el milagro de la vida y la marcha de la vida; sobre el trabajo y sobre el placer. Y se sentará cerca y me tomará de la mano apenas sin tocarme; y hasta le sonreirá a mi tío el pesado. Y preguntará con interés por mis padres y yo por los suyos; y los llevaremos al médico; y sus sobrinos vendrán en Navidad a buscar sus regalos; y en verano, en la playa, jugaremos a los castillos, a las batallas, a recordar cuando fuimos gimnastas o algo parecido, y queríamos ser astronautas o camioneros, o vedettes de revista o médicos o ingenieros.

Puede que no sepa contar un chiste. Pero de su boca todo lo que salga me hechizará porque me importará lo que le pase por la vida, por la cabeza y por el corazón.

Puede que, de mañana temprano, no diga gran cosa; no importa, no quiero discursos a horas tan extrañas.

No tiene que ser un manitas; yo tampoco lo soy. Pagaremos para montar una lámpara y vendrá el instalador del internet unas cien veces porque no sabremos darle al botón de encendido, o extraviaremos la clave de la red inalámbrica; o durante una maratón de películas nos perderemos las mejores escenas por querer imitarlas (mal) en la vida real.

Y será brillante y será un planeta habitado y será todo lo que necesite que sea; estable, concienzudo, irritante, amable, imperfecto, surrealista, sociable, hasta callista si hace falta, y encantador.

Ya veis que no pido poca cosa. Y sin embargo sé que no es mucho: alguien a quien querer; alguien al que cuidar y que acariciar. Alguien que sepa porqué está en el mundo y yo a su lado.

Alguien que vele por mí sin darse cuenta. Y que me quiera con todo su cariño, tal como yo le querré.

Ella/ She.

Arte/ Art, Lo que he visto/ What I've seen

   Está allí. A la misma hora, sentada en la misma mesa, junto a la vitrina.

   Mira la gente pasar. Sobre la mesa, un libro que apenas hojea. Un café a medio tomar y la marca de sus labios en el borde.

   Es bella. Melena larga, suelta, limpia. Piel tersa, pero ya no es una niña. Labios rojos, verdes ojos, triste otear.

   Debe esperar a alguien o a algo. Quizá a que pase el tiempo. O a que el tiempo pase sobre las cosas.

   Siempre elegante, siempre arreglada.

   Sentada, sin molestar a nadie y sin ser molestada. Ni un ruido parece alterarla. Ni siquiera pide lo que desea tomar; nadie se lo ofrece; sólo se lo sirven.

   Lo sé, porque desde hace tiempo llego antes que ella al café y la espero. Entra silenciosa con su bolso y su libro en la mano, un mohín apreciativo hacia la mesa en la que acostumbra sentarse; apenas si cambia la silla de sitio y ya está, el café servido, los labios rojos, la marca del labial en el borde.

   Y un morsdisco en mi corazón.

   No sé nada de ella. Ni su nombre. Todo es un misterio; todo menos sus ojos, verdes y callados, que parecen mirar pero no ven, apenas maquillados, y que brillan con el sonido de la tristeza y el susurro de la soledad.

   Ella tiene las manos delicadas, con las uñas muy bien arregladas. Y ni una joya, ni un aderezo.

   Se sienta en su misterio y permanece callada las dos horas que está en el café. Viendo la vida pasar.

   Qué sencillo fue enamorarme de ella. La tengo dibujada en mi corazón junto a la huella de sus labios. Una vez me vio e hizo como si me sonriese. La tarde no fue más brillante, el día más claro.

   Fue un momento, un pequeño instante. Fuimos uno en ese segundo que dura una sonrisa de salida. Pero se ha instalado para siempre en mi corazón.

   Ella y su silencio. Y sus ojos tristes. Y su pelo largo.

   Y yo. Cada tarde, en un café.

She is there. Sitting at the same table, always at the same time.

She looks people go by. On the table a book she barely reads. One sip to a coffee cup, and she left her lips mark in the edge.

She is beautiful. Long, free hair. Bare skin, though she is not young anymore. Red lips; green eyes; looks melancholic and a little sad.

She must be waiting for someone or for something. Maybe just waits to Time go by. Or maybe she expects Time goes by things and people, she included.

Always elegant, always perfect.

Sitting there, disturbing no one, and by no one either. A noise no bothers her. She doesn’t make her order; no one asks for it; they just serve it and then go.

I know it because from some time I arrived at the café before she does and I wait for her coming. Her entrance is silent, with her handbag and her book on hands, she looks towards the empty room looking for her table, barely touches her chair and she sits there, looking outside looking for nothing, and sips her coffee, living her lips marks on the edge of the cup.

And a bite in my poor heart.

I know nothing about her. Even her name. All is a mystery, except her quite green eyes, that sees but don’t look for anything, with almost no make-up, and ring with the sounds of solitude and sadness.

She has the most delicate hands, polished nails, soft fingertips. And no jewels, even a ring, even a sign.

She sits in her mystery and she stays at the café almost two hours in silence. Looking Life goes by.

How easy was to fall in love with her. I have her drawn in my heart near her bite mark. Once she glanced at me and almost smiled at me. That afternoon the sun shined so, that the day never was so brighter.

It was a moment in Time. We belonged together in that brief moment, the moment that a smile fading last forever.

She and her silence. And her sad eyes. And her long hair.

And I. Every afternoon, at a café.

Fácil de amar/ Easy to Love.

El día a día/ The days we're living, Música/ Music

Easy to Love. John Barrowman   

   Sé que te lo habrán dicho muchas veces.

   Muchas.

   Pero yo no.

   Así que déjame decirte lo que llevo dentro desde que te conozco, con esa sonrisa enorme que no te cabe en la boca y esos ojos que palidecen a las estrellas, ese pelo que cae hasta el fin del mundo y esa voz llena de terciopelo y plumas.

   Eres fácil de amar.

   Con tus movimientos de agua y tu mirada caída. Con tu risa inmensa y esa manera única que tienes de abrazar.

   Qué fácil eres de amar.

   Callas, hablas y el mundo se mueve. Todo se detiene para verte caminar; la mañana alumbra tu rostro al desayunar; la noche, se acuesta a tu lado para acariciarte lentamente.

   Eres fácil de amar. Y yo me dejo mecer en este sentimiento que me sale del pecho lleno de palabras no dichas, lleno de besos que te quiero dar.

   Porque seguro que te lo habrán dicho muchas veces y que yo no soy el único.

   Pero quiero ser el último.

   Eres tan fácil de amar, que las cabezas giran cuando te ven pasar, y el policía hace sonar su silbato y el cartero se equivoca de buzones y al del bar se le borran las cuentas al verte llegar.

   Y tienes el corazón más grande que conozco, y la melancolía más intensa, y lloras con las lágrimas más tristes y ríes con la gracia de un planeta nuevo. Y porque, cuando no hablas, tu mirada se llena de cariño y tus manos de caricias y tu pecho, en silencio, se llena de un aire tibio y hermoso.

   Eres tan fácil de amar que me he enamorado de ti.

   Por eso quiero que me dejes decírtelo, quiero que me quieras, quiero que bailes conmigo el resto de los días que quedan y darte amor a manos llenas, y un beso profundo de noche oscura y una mañana de día sin estrenar sólo para ti.

   Para ti, que eres tan fácil de amar.


I know, I know. People have told you many times.

Many.

But I don’t.

So let me say what I have inside me since I met you, with your big open smile and those eyes that put shame on stars, and your hair long as longer is the world and your voice full of obscure and sweet velvet touch.

You’re easy to love.

Your movements like ocean and your caress. Your charme so warm. And that unique way to hold me.

You’re so easy to love!

In silence, or speaking, world moves around for you. If you walk, everything stop for you; mornings only shine to watch you take your breakfast; nights just rest besides you to caress you gently and soft.

You’re easy to love. And I leave myself in this feeling that fills my chest full of never said words, burst of kisses I want to give to you.

And I know, I know for sure many times people have told you so and that I am not the only one to say it.

But I know for sure I’m going to be the last.

Because you have an open heart, and your melancholy like mist in your eyes, and your tears like rivers through your tender cheeks, and your smile so bright like the argent moon and the nearer stars. And because when you remain in silence, your looks full of tenderness and your chest, fill with air, just exhale sweet words of caress and warmth.

You’re so easy to love that I fell in love with you.

So please, let me say it; love me as I do. I want to dance with you until the days remain old and I want to give you my love hidden in my hands and in my lips. I want to give you all the dark nights and a brand new day just for you.

Just for you, because you’re so easy to love!

Que pasen los payasos/ Send in the Clowns.

Arte/ Art, El mar interior/ The sea inside, Música/ Music

   ¿No es irónico? ¿Cuánta gracia puede tener?

   Quizá mucha, no lo sé. Y sin embargo es lo que hay.

Durante unos segundos miré hacia los lados a la espera de que saliesen payasos, de que comenzase el circo. Pero no apareció nadie, no se movió ni una hoja.

¿No es maravilloso? Saber por fin que eres para mí, tener esa certeza que corta las venas y correr con el ánimo en la boca para decírtelo. Y después de tanto tiempo…

Y llegar y no encontrarte.

¿No es para reír? ¿No es para llorar saber que me he embelesado en mis propios sueños y he llegado tarde?

Tarde para ti.

Que pasen los payasos. Que se rían de mí.

Parece una farsa, una comedia sin sentido. Pero en realidad todo lo tiene.

Me quisiste una vez y yo creí quererte; me distraje con el mundo que brillaba más que tú y tú huiste y nos olvidamos y nos reencontramos de nuevo.

Años pasados y sentimientos escondidos. Y cuando los descubro, corro a buscarte, corro a besarte, corro a amarte. Pero ya no me quieres.

O me quieres pero no me amas.

¿No es absurdo? Pero es cierto.

Que pasen los payasos a reírse de mí. Que yazgo algo inestable, creyendo una cosa, sabiendo otra, amando en soledad.

¿Cómo es posible, después de todo lo que he vivido, que me haya pasado esto?

Lo ignoro…

¿No es para reírse?

Ahora que parezco centrarme, eres tú el que sale volando con unas alas novedosas, preciosas y pequeñas, que te llevarán lejos. Todo lo lejos de mí.

Y yo me quedo aquí. Sin nadie a mi lado. En soledad.

¿No es una comedia? Seguro que sí. Sólo yo creí que me amabas y cuando te lo digo con atropello y balbuciendo tu nombre, me miras y te callas, y dices un nombre que no es el mío y vuelve el silencio.

Que pasen los payasos, que la farsa avanza.

Excusas, cambios de humor, excepciones, vaguedades. A estas alturas de mi vida caer en ese error, pensar en no pensar, creer en el corazón, callar la razón, guiarse por un impulso, cegarse a la realidad, es para reírse.

Que pasen los payasos, que la fiesta ha empezado.

Sin mí.

¿No es irónico? ¿Qué gracia puede tener?

No le encuentro ninguna. Y debe tenerla toda porque ya no tengo quince años y la experiencia que me ha traído hasta aquí parece estar equivocada. Al menos contigo.

Te amo. No puedo negármelo. No puedo negártelo. Y no lo he hecho. Y así estoy, en silencio y soledad.

Y tengo que amarte para dejarte ir. Para que tú seas feliz no debo serlo yo. Y no es tu culpa. Pero tampoco es mía.

¿No es irónico?

Que pasen los payasos, que la farsa acaba de empezar.

Amo. Por fin. Y porque amo, sólo me queda la soledad.

Is not ironic? How fun could it be?

Maybe it has a lot, I do not know. But it is what it is.

For an instant I looked around to watch to come in the Clowns, to the Circus to start. But nothing happened, nothing moved: one heart or one leaf.

Is not wonderful? To know for sure you are the right one for me, having this statement at heart and to run to tell you with my lips in my sleeves. And you waited for so long…

And came and found you were gone.

Isn’t it rich? Is it not to cry out knowing I was lost in my dreams and because of it I was late?

I was late for you.

Send in the Clowns. Let them laugh at me.

It is a Farse, a Comedy, a Tramp. But it has sense, the sense of mistaken.

You loved me once and once I thought I loved you; I get lost in a world that glistened more than yourself, and we forgot ourselves, and we found out ourselves again in the walk of Time.

Years, and hidden feelings, gone by. And when I found out them I ran into you, I ran to kiss you, I ran to love you. But you don’t love me anymore.

Well, you do love me, but not in the way true hearts love each other.

Is not it absurd? But it is crystal clear.

Send in the Clowns to laugh at me. Now that I am instable, believing one thing but knowing another one, loving in Solitude.

How is it possible, after my whole life, to get lost in love again?

I ignore it.

Is it not to laugh at?

Now that I grounded, it’s your turn to fly away with these new, glistening, precious and tiny wings. And you fly away far from me. Far away.

And I stay here. With no one around me. In Solitude. Again.

Is it not a Comedy? It is indeed. Me alone believing in your love, nervous and anxious, telling to you this wonderful news about it and you looking at me, in silence, telling me with your eyes, with your lips, another name that was not mine, and all became Silence again, and my heart stopped.

Please, send in the Clowns. The Farse goes by.

Excuses; changes of heart; little things, vague thoughts. At this time in my career make these mistakes, thinking without thinking, believing in the matters of the heart, blinded the Mind, guided by impulses, to say no to Reality… It is to laugh at indeed.

Send in the Clowns, the party has started.

Without me.

Is it not ironic? How fun could it be?

I don’t find out any reason to laugh, actually. But it must have one reason I can’t find out because I am not fifteen anymore and my experience is telling me I was flawless, at least with you.

I do love you. I can not deny it anymore. Not to me. Not to you. So, I have not. And because of that I am like I am right now, in silence and in solitude.

And I do have to love you to leave you. To leave you to have all the Happiness I am denied to have together. It is not you fault, I know. But neither it is mine.

Is it not ironic?

Send in the Clowns, the Farse is just started.

I do love. At last. I do love. And because I love, now I am surrounded by Solitude and Silence. Again.

Persiguiendo sueños/ Chasing rainbows.

Uncategorized

   Ir detrás, siempre por detrás. Viendo cómo vas hacia adelante, siempre por delante.

   Sueños, anhelos, todo parece desmoronarse. Sin ti. Y sin embargo…

   Y sin embargo no dejo de soñar. Una y otra vez.

   Mi corazón te quiere, mi corazón te anhela, mi corazón parece morir sin ti.

   Y otros consiguen sus sueños, y otros tienen a quien amar, y otros parecen tenerte a ti.

   Menos yo.

   Que vivo persiguiendo sueños, sueños de alcanzarte por fin y de que me quieras.

   Para ser felices juntos, como en los sueños, por fin.