Giacomo Puccini
Divino, Demarchelier/ Divine Demarchelier.
Arte/ Art, El día a día/ The days we're living, Música/ MusicPatrick Demarchelier (Francia, 1943) es un fotógrafo francés multi-terreno. Todo le gusta, todo le llama la atención. Y en todo imprime su sello, que es el de la suntuosidad y la elegancia. Su mirada se diluye en la belleza y se pliega a la naturalidad, al ritmo y a la acción, que es luz, figura, sombra y color. Demarchelier, divino.
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La Bohème o el Hechizo de Luna/ La Bohème or Moonstruck.
Arte/ Art, Los días idos/ The days gone, Música/ MusicLa primera vez que oí un aria de La Bohème fue a través de la película de 1.987: Hechizo de Luna. Una deliciosa película que, a día de hoy, me sigue pareciendo maravillosa, y cuya magia lunar continúa conservando todo su hechizo. Cher nunca ha estado más hermosa y cercana, y las historias entrelazadas sobre la desesperanza, el abandono, la madurez, el resentimiento, la vejez, el miedo y el amor, son tan válidas hoy como hace más de veinte años.
El personaje de Nicholas Cage, a pesar del resentimiento y la rabia, conseguía a través de esta ópera, liberar parte de sus frustraciones y recuperaba, en los breves minutos que la música ascendía al cielo, una liberación casi completa. Y la imagen de Cher desnuda, contemplando la plateada luna llena a través de la ventana, y a través de su piel, aún brilla en mis recuerdos.
Y aunque simule poco lógico, dos obras de arte por más dispares que sean, pueden tener muchos puntos en contacto y entenderse en conjunto y por separado. Hechizo de Luna me llevó a La Bohème, como me llevó al Lincoln Center de Nueva York y, precisamente en un otoño, a una de sus representaciones… La vida que gira una y otra vez.
Todo de La Bohème me gusta: su historia romántica, su ambiente donjuanesco, sus personajes vivarachos, y esos momentos cumbres del encuentro, el reconocimiento, y la despedida.
Todo de Hechizo de Luna me gusta: su historia, sus personajes agridulces y tan profundos, sus temores internos y cómo el hechizo de la luna llena hace nacer en ellos la necesidad de evolucionar, de aceptar el paso del tiempo, las inseguridades y el amor. Y la música de Vicky Carr y Dean Martin. Y, por supuesto, Nueva York y Puccini.
Mucho he cambiado desde los 17 años… Pero algo sigue intacto en mí, muy dentro pero muy vivo, a pesar de todo. Y estos recuerdos forman para de eso. Y me alegra haberlo encontrado. Y saberlo.