Mi lugar en el mundo eres tú: íntimo corazón viajero.

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Mi lugar en el mundo eres tú es la nueva travesía de Màxim Huerta. A mitad de camino entre un carnet de viajes, una guía turística, un nuevo trabajo a cuatro manos con el ilustrador Javier Jubera, y un catálogo de gustos y querencias, Mi lugar en el mundo eres tú nos regala al más íntimo y desnudo Màxim Huerta.

Tendemos a buscar en las historias escritas mucho de un autor; fantaseamos que ésta o aquella escena o un personaje determinado, sean un reflejo de la realidad del escritor. Esperanzas vanas: todo personaje, toda situación descrita son una amalgama de vivencias propias y ajenas, a veces fruto de la observación y otras de la investigación más pormenorizada; la escritura es un acto de reflexión, de refracción y de escucha donde todo cabe y se funde, como la cera en el bronce de una estatua dentro de la fragua de la creación. Eso no ocurre con Mi lugar en el mundo eres tú, antes bien: estamos ante el retrato, a manos llenas, de un corazón. Màxim Huerta coge todos los colores de su alma y pinta con trazos perfectos las carreteras de sus sueños, los miedos de sus sentidos, los disfrutes de sus sentimientos y sus gustos, sus pensamientos y sus verdades veladas para regalarnos un relato lleno de pespuntes, de hermosas imágenes fotografiadas por él mismo; de sus filias y sus dolores y de esos errores que se confiesan sólo en el ambiente tierno de la buena compañía. Màxim Huerta establece con el lector una intimidad cómoda, en la que se muestra y se desvela tal cual es, con una valentía inusual en cualquier escritor, y por lo mismo perfecta, poderosa: nada hay en el libro que sobre; nada falta, dejándonos con ganas de más: un romanticismo que evita la ñoñez; referencias literarias y cinematográficas que se alejan del chovinismo cultural; un equilibrio perfecto entre cercanía y ligereza, entre hedonismo maravilloso y asepsia intelectual; cuaderno de recuerdos y versos y un corolario de reflexiones que son lecciones aprendidas y vida vivida y bien aprovechada.

Como ya ocurrió con El lector, las imágenes de Javier Jubera aportan cohesión a lo contado, que a veces se desperdiga para amalgamarse más adelante, y un toque mediúmnico y casi irreal, acercando al lego las referencias literarias que pueblan las páginas de este inusual libro de viajes, donde se retrata un gusto, una sorpresa y una vida llena de corazón. Da la impresión que Màxim Huerta paulatinamente se deshace del lastre de la vida para volar ligero, como ha aprendido a viajar sin exceso de equipaje: sus columnas semanales en periódicos como El Español, por ejemplo, y ahora este texto, nos lo dicen en susurros confesados cada vez con voz más clara.

Hay que ser my valiente para escribir una joya como Mi lugar en el mundo eres tú. Cada línea rezuma sangre tibia, cada hoja evoca el latido de un corazón; cada imagen, cada recuerdo, el retrato de un alma que se desnuda… Y tras esa desnudez está una vida. La suya. Y la nuestra, que viaja junto a la suya, cada vez que publica una nueva aventura.

cxpn-qgxgaar_mf©David Sadness

Serendipia o un grato hallazgo.

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 Serendipia es en primer poemario-álbum fotográfico de David Sadness, creador polifacético, primero y antes que nada retratador de la vida y después directr de vídeo-clips, soñador de películas por venir, y escritor.

 Serendipia mezcla sus poemas escritos con sus poemas visuales, unos inspirados por otros, cargados de una belleza directa, propia de una generación hecha a base de mensajes y mails. Las imágenes de un poderío y una delicadeza maravillosas, maridan el ritmo de versos cortos, carentes casi de puntuación (única cosa que echo bien de menos), pero tan profundos y sensuales, sensibles y directos que llegan al corazón cargados con la munición de la emoción pura, de esa belleza casi impoluta de la juventud.

Amor, desamor, encuentros, desencuentros, noche, luna, estrellas, amaneceres y ocasos sirven de metáforas a sentidos que se desvelan eternos y largos, enormes en las fotografías que reproducen el texto y finalmente se hacen uno con él.

Habiendo tenido esa idea hace años, cuando empecé este blog, me parece maravilloso que haya editores con la confianza suficiente y el coraje adecuado para llevar esta idea a cabo; bien es cierto que David Sadness es poseedor de ese coraje y de esa sensibilidad tan inmediata, tan directa y tan dulce, necesarias para llevar a buen puerto un poemario como Serendipia.david-sadness1

No importa que esté lleno de tópicos: la vida es un tópico que se repite de continuo. El prólogo es una introducción a ese mundo joven que se cree por siempre único, bellamente escrito, con ese código oculto de amistades que se conocen mucho, no importa el tiempo que haya pasado o que nunca se hayan visto en persona. Ls páginas de Serendipia se llenan de luz con esas imágenes arrancadas del día a día y esas letras llenas de sentimiento y sencillas a la vez, etéreas, que intentan en su desnudez alcanzar la altura de las imágenes de las cuales proceden y a las cuales le aportan sin embargo cierto sentido y gravedad.

Hay mucho en David Sadness por descubrir; la madurez traerá consigo un mirar profundo, un pensar universal. El epílogo de Serendipia es un puente a ese futuro donde habita el sentimiento, cerrando un poemario que recorre las emociones humanas y sus miedos y sus alegrías en ese hallazgo afortunado e inesperado que se produce cuando se está buscando otra cosa distinta y tropezamos con alguien como David Sadness.