No sé si debería existir un día como éste. No debería ser una obligación, ni un motivo de orgullo y mucho menos de vergüenza. No debería existir, como tampoco el día del Niño, de la Mujer o de la Tierra.
Pero conmemoraciones como ésta sirven para recordarnos que NO somos iguales, que NO somos tratados todos con equidad, que hay muchas diferencias entre los mundos y en nuestros propios mundos, y que NUNCA debemos olvidar que NO somos diferentes y que todos vivimos, soñamos, mentimos, olvidamos y amamos por igual.
Bridegroom es una historia de amor truncada, y sin embargo una historia de amor que aún florece, tocando el corazón de aquellos que la conocen.
No hay géneros sólo sentimientos; no hay nada más que corazón. Esas son las historias que me interesan, aquellas que tocan mi alma, engrandecen mi espíritu y que me ayudan a seguir adelante. Todo lo demás, ese ruido que nos envuelve la vida, no son más que ecos sin importancia, sin resonancia real en el ser humano.