– Me siento.
…
– Callas.
– Hablaría si tuviese ganas.
…
– Pero me gusta tu silencio. Así, sentados juntos.
…
– ¿Quieres coger mi mano?
– Sí.
– ¿Qué notas?
…
– Que te amo.
– Y yo. Amarte es lo mejor que me ha pasado. Nunca nadie me ha hecho sentir lo que tú despiertas en mí. Tus palabras y tus silencios. Y este espacio entre los dos…
…
– Te has acercado.
…
– Tus besos me saben a hierba.
– Y a amor.
Entre los dos.
Hola Juan
Hoy he estado leyendo pensamientos de antaño, de hoy y de siempre. Los que tu mano nos regaló hace tiempo.
Hoy en mi vida estaban vivos, cobraron alma y esencia.
Después de tanto querer vivir hoy aprendí que estuve muerta y he resucitado. Hoy he abierto mi ser a esta vida que me implora vivir sin miedo. Tus palabras han venido a mi. Siempre las he guardado
Hola, Cristina.
El paso del tiempo y el poso del tiempo sólo añaden una pátina de melancolía y una dosis de veracidad que éramos incapaces de notar, y mucho menos valorar, en esos años.
Pero siempre hay tiempo. Y eso es lo increíble.
Un placer verte por aquí y espero que te guste este pequeño espacio!
Un beso enorme.