¿Qué tengo entre las manos, caído al suelo y después levantado?
¿Qué es, que late una y otra vez, y se mueve con ruido de tuercas gastadas?
No lo había visto nunca.
Cuando te fuiste cerrando la puerta algo cayó de mi pecho, pude sentirlo, y se estampó contra la pared.
Pensé que había sido el ruido de la puerta al cerrarse, como cuando se bate una ventana y se cierra la única salida que tenemos para ser felices.
Pensé que no te quería nada de nada y que por eso te maltrataba.
Pero me equivoqué.
¿Qué es este dolor, que del pecho a la boca me abrasa y me abraza los labios diciendo tu nombre?
¿Qué es este sentido que me nubla la cabeza y que me hace pensar sólo en ti?
En ti, que te has ido hoy dando un portazo, que me abrió el pecho como un libro y del que cayó una roca, un deseo, una lágrima.
¿Qué tengo entre las manos que parece latir bum, bum, bum?
Tiene la forma de un corazón. Y se mueve con ruido de máquina añeja.
Y miro alrededor y sólo veo grietas y agujeros y emplastos mal ubicados, pintura desconchada y puertas cerradas.
Y algo con la forma de un corazón en mis manos latiendo bum, bum, bum por ti.
Bum, bum, bum por ti que ya no estás.
No es un rubí, no es una piedra roja y vacía, no es un hueco sin alma. Es mi corazón caído al suelo y recogido que late por ti.
Bum, bum, bum.
Ahora que ya no estás.