Haberte amado, aunque fuese un año, ha sido lo mejor que me ha ocurrido.
Mi vida era gris, y todo parecía caerse a mi alrededor hasta que te conocí. Y fue mágico.
Haberte amado me dio la oportunidad de crecer, de vivir. Desde tu boca hasta tus pies, desde mi corazón hasta mi alma.
Iluminaste todo y me lo diste todo. Aquello que se deshacía en pedazos y aquello que aún naufragaba por la soledad.
Y aunque haya acabado, haberte amado ha sido lo mejor que me ha ocurrido nunca.
Y aunque todo parece que vuelve a empezar, mi fuerza nacida en ti logra mantenerme vivo.
Mi cabeza me dice que hemos gastado el tiempo que teníamos para estar juntos. Mi corazón, arrepentido, llora cada momento de silencio, cada instante de completo abandono.
Mi corazón sabe que no supe apreciarte, y mi cabeza sabe, lo sabe de sobra, que nada será igual sin ti.
Y me duele el cuerpo y se me retuerce el alma al constatar lo solo que estoy, lo torpe que me siento.
Y sin embargo, un año, un amor, han sido suficientes para expandir los límites de mi vida. Y aunque estos desaparezcan, haber sido capaz de amarte hasta la sequedad hace que todo valga la pena: el placer de haberte querido, el dolor de haberte perdido, el eco de la soledad sin nombre y la mañana que está siempre por venir.
Porque siempre hay un siempre. Eso es algo que aprendí de ti.
Haberte amado, amor, ha sido un regalo. Y aunque ya no te tengo, y aunque te haya perdido, quiero que sepas, que sepas, que sepas, que te sigo amando cada día de mi vida, cada noche estrellada, cada tarde de lluvia; cada vez que la chimenea encendida me recuerda tu presencia y tus besos.
Un año, un amor. Y la felicidad encerrada en ti y en mí. Y liberada para hacerse más y más grande; única; infinita; hasta llegar a las estrellas.
Y el agradecimiento que viene con el dolor; y el sentimiento que viene con el abandono; y el eco bum, bum, bum, de mi propio corazón que ha latido, un año, por tu nombre.
Y que continúa amándote en la distancia y en el error. En el error de haberte dejado ir y de no haber sabido apreciar el inmenso tesoro que acaparas dentro.
Lo que hubo, lo que ha habido, lo que hay en mi corazón hacia ti va… Y vuelve a mí.
Gracias por el amor, aunque sólo durase un año. Gracias por el amor, amor, que me ha llenado de ti y me ha hecho libre.