Ya sé que no quieres que hable de ti. Ya sé que prefieres el silencio, como yo. Pero es que verte y que una voz como ola crezca en mi interior es todo uno, y es de fuerza tal, que logra transformar todas mis resistencias y emerger libre a mi garganta y a mis labios, atravesando mis dientes y mis ojos, saliendo a un exterior inmenso que espera sediento, como yo, oír tu nombre, dibujar tu cuerpo, yacer en tu corazón.
Porque, aunque más me veas callar, más asombro siento al ver que la luz que hay en mi vida late y se comparte con el mundo, que respira y siente, siente un cariño desbordado como el que yo siento, y que me devuelve con las manos llenas y el pecho abierto un amor nuevo, único y pequeño, que crece con el sentido y se arrulla en sueños reales y únicos, verdaderos.
No sé si seré capaz de retratarte con fiabilidad. No sé si tengo palabras suficientes para dibujar la maravilla que has regalado a mi vida, la vida que me has dado con tu mirada, con tu voz de seda y caricia, con tus ojos de pozo oscuro y tu tacto de terciopelo azul. Y, aunque me quedaré siempre corto en tu realidad, sólo por haberme sonreído y tocado y arrullado aquella noche; sólo por haber bailado sobre las estrellas, con la luna escondida tras las nubes viajeras, y la sonrisa de cielo abierto con la que comiste mi corazón… Eres mi vida entera, eres mi sueño y mi destino, mi vuelo y mi isla, mi continente y mi orilla, mi mar y mi singladura… Mi vida tiene sentido contigo en el mundo, porque eres mi mundo, y mi mundo está lleno de palabras que heredan tu significado y de frases en cacofonía continua con tu nombre…
Para ti, estas pocas palabras que nada significan, porque el amor que has sembrado y que recoges en cada abrazo callado, en cada beso claro, todo lo contienen y lo reflejan; para ti, cuyo descubrimiento es una alegría explosiva y un sereno cantar; cuyo pecho es mi almohada y cuyos ojos mi guía… A ti te regalo mi vida, mi vida llena de palabras que llevan tu nombre, que riman con tu poesía y que laten con tu corazón pum,pum,pum, detrás de mí.
Sentirte acariciando mi espalda; sentir tu espalda abrazada por mis manos; y el encuentro de los labios en el centro del universo, y el sabor a agua salada y deseo, y el deseo emergiendo de todas partes, desde la esquina al techo, desde mis ojos a tus pies… Para ti es toda mi vida; no hay esfuerzo, no hay sueño, no hay realidad que no te contenga; no hay deseo que no sacies ni sueño que no bordes con la ilusión del porvenir. De nuestro porvenir…
Y aunque sé que prefieres el silencio de nuestros abrazos, el eco callado de nuestros besos, mientras te veo bañado por la luna azulada, tu piel rebosada y satisfecha, tus párpados cerrados y el pelo caído sobre tus hombros, no puedo dejar de gritar en mi interior y salgo al balcón de la noche, rodeado de estrellas, para decirle a las Horas que tú cubres mi nombre, que tú llenas mi cuerpo y que el amor, el amor por fin, se halla en mi cama, extendido sobre la oscuridad clara de mi vida con una facilidad divina, siendo tú tan divino…
Y aunque sé que nunca seré dueño de palabras que te describan, te escribo esto mientras te veo dormir, dormir envuelto en sábanas y almohadas, almohadas que apoyan nuestras cabezas y sábanas que cubren una belleza que me deja mudo, mudo de asombro y desnudo de alma, porque no hay versos que te resuman ni adjetivos que te describan ni poemas que escancien la belleza de tu mirada, la línea de tu boca fina, el ligero torneado de tus piernas ni el latido secreto, muy secreto y tan cercano, de tu corazón en mis manos.
Para ti, mis palabras, que tejen mi silencio. Para ti, mi corazón, mi todo.
Los vídeos de Vodpod ya no están disponibles.

