Song To The Moon. Rusalka. Joshua Bell.
Los vídeos de Vodpod ya no están disponibles.Celebrando el Día de la Vida, la magia de un fotógrafo que colorea la existencia, que retrata el día a día y arranca belleza de lo más pequeño y regala vida de lo más grande: la sonrisa, la niñez, la vejez, el trabajo. Desde la lejana Indonesia, Rarinda Prakarsa, nos recuerda que la Vida es, no importa nuestra querencia por manejarla, por modificarla y adaptarla a nuestras conveniencias. Nada puede con la Vida, pues todo evoluciona en su seno, dentro de ella. Nacer, Morir, estaciones de ese largo trayecto que nos ve ir y venir, soñar, aprehender, sufrir, caer y levantarnos. Todo es bello en la Vida, y lo es todo: lo que nos rodea, cómo nos rodea, lo que opinamos de ella y lo que en realidad es.
Es importante saber que la Vida existe, que merece respeto, porque nada hay por encima ni por debajo: la Vida es ella misma, inmutable al paso del tiempo, a nuestro paso del tiempo y a lo que hagamos con ella. Pero nos acoge con generosidad, con belleza y con humor, incluso en la situación más ímproba, en la más aguda tristeza o en el momento de mayor destrucción: guerras, terremotos, maremotos, hambrunas, epidemias y soledad. Interrumpirla por gusto es un error; atraerla hacia nosotros de forma incontrolada también. Es un poder que nos posee y que transmitimos, pero que nunca va a ser nuestro. En la más alegre y perfecta o en aquella en la que anida la Enfermedad o la Melancolía, mientras sea Vida, será perfecta y única. Y así debemos vivirla: con respeto, con dignidad, con ceremonia, con vivacidad y con ironía, con claroscuros y colores, con trabajo y descanso, con respeto y sapiencia.
El Día de la Vida, que es todos los días de nuestra vida.