a Sergio Fernández, que hizo que recordase lo maravillosa que Sade es.
Tú lo sabes tan bien como yo. Sí: sabes casi todo de mí.
Sabes que yo no lo haría. No me iría dejándote solo. Que no lo haría así dejara de quererte como te quiero.
Como podemos querer.
De muchas formas. Y de todas ellas parezco amarte. De lado, de frente, de espaldas. Con los olores y las lenguas, y las manos ocupadas y las bocas cerradas.
Así quiero. Así te quiero a mi lado.
A tu lado encuentro sentidos que antes perdía; a tu lado enfoco detalles borrosos y siento sentir el latido de mi corazón. A tu lado sé que el mundo se rinde al roce, que la caricia se desborda y llega la pasión, y después la calma y el peso de la piel y el aroma de la respiración.
Me quitas el aliento. A tu lado todo parece de cuento. Y no amarte sería una locura, tanto como dejar de hacerlo.
Y sin embargo…
A tu lado hay silencios. Y aunque quisiera entrar, hay puertas prohibidas. Tus ojos se cierran y tu boca se seca. Y aunque quisiera sanarte, tu corazón huye de mí. La mano que se posa en mi pecho pesa un siglo y aun así es ligera cuando sonríes y todo parece quedar atrás.
A tu lado el mundo es un constante vértigo. Yo no me aburro a tu lado.
Y sonríes cuando te digo estas cosas. Y me dices cosas que me hacen reír. Nos entendemos: casi lo sabemos todo de los dos. De los dos cuando somos uno, y de cada uno en su mundo cuando el silencio llega, el arrullo cesa, la respiración se aquieta y la transpiración se evapora.
Tiemblas cuando no estoy cerca. Y yo te extraño.
A mi lado pareces ser feliz. Porque eres tú. Sin exigencias, sin contratos, sin vanas palabras.
A tu lado parezco ser feliz. A tu lado nada parece ser importante, las horas fluyen, los días pasan y la madurez llega y la lucha a veces y también la calma.
Cuando te sientas débil, cuando la sensatez sea demasiada o el arrojo te falte, búscame con la mirada: estaré a tu lado.
Cuando el día se haga pesado, cuando necesites recobrar el aliento y una caricia escondida y la más ligera sonrisa, búscame con tu mano: estaré a tu lado.
Cuando no sepas adónde ir, te llamaré. Cuando creas que me he olvidado, te buscaré. Cuando tu mundo parezca detenerse, te daré mi calor.
Siempre estaré a tu lado para hacerte feliz. Como tú me haces a mí. Sabiéndonos y olvidándonos, para volver a empezar una y otra vez.
A tu lado.