a Raúl Nuevo, en su cuarenta cumpleaños.
La vida es un lío. Un montón de planes que ilusionan los pensares e inflaman al corazón y nos hacen soñar y nos hacen caer una y otra vez.
Como el amor.
La vida es un campo de reflejos. Espejos que van y vienen, traídos por unos, llevados por otros, en un juego a veces ridículo y a veces doloroso.
Como el amor.
Y pasan los años y la vida rebota una vez y otra sobre nuestro corazón, sobre nuestras esperanzas hechas añicos, pelándose como una naranja y exprimiéndose como nuestro corazón. Y la vida es injusta y dañina y loca y cruel…
Como el amor.
Y aparece una sonrisa, y el sonido de una voz, y el perfume de una piel a veces suave, a veces rugosa como el pergamino, y el brillo de unos ojos y ese cosquilleo gracioso de una barba matutina y el guiño dulce del cabello en una espalda… Y todo, la vida, los golpes del destino, los sueños destrozados, las ilusiones rotas, y hasta el amor, es hermoso, todo es un conjunto de maravillas.
La vida es un lío. E ilusiones rotas. Y sueños inalcanzables. E imperfecta. E inútil. Y dolorosa también. Y temerosa. E infantil. Pero, como el amor, es hermosa y alocada, inestable y sincera, única e irrepetible.
La vida es un torbellino que nadie puede prever, un sube y baja que nadie puede detener y un río de amor que siempre lleva tu nombre.
Feliz cumpleaños, Raúl… No importa qué ocurra, qué circunstancias la rodeen, qué sino de ida y vuelta tenga… La vida es hermosa, porque eres tú, y es lo único que importa.