Si tú fueras el único hombre en el mundo
no te diría cosas bonitas.
Si fueras el último sobre la faz de la tierra,
no me acercaría para tocarte y abrazarte y sentirte cerca.
No te hablaría al oído para susurrarte besos perdidos,
ni escalaría los mares oceánicos por alcanzarte.
Distraería a la luna para que no nos espiase,
y le diría al sol que no mojase sus dedos de luz sobre tu piel.
Si fueras el único hombre en el mundo,
no malgastaría el tiempo diciendo tu nombre,
ni haría fundir tu corazón cerca del mío en una coraza sólida.
Si fueras el único que quedase,
no rescataría los años para que se fugasen con nosotros,
ni heredaría la alegría de las flores ni el arrullo del viento.
Si fueras el único hombre sobre la faz de la tierra,
no estaría nunca lejos de ti,
ni te sentiría, ni me importarías.
Si sólo fueras tú, la tierra seguiría girando
y nosotros con ella.
No crearía un Edén sólo para nosotros dos,
ni en una cama de hierba buscaría tus labios para besarte.
Si fueras el único hombre en el mundo,
no dilapidaría las horas restantes viéndote cambiar, y madurar y envejecer.
Si fueras el único en el mundo, y yo estuviese junto a ti,
no perdería más el tiempo en cosas sin sentido,
y sólo me quedaría para amarte, mimarte y desearte.
Y llenarte de felicidad.