De lectores/ About Readers.

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   visitantes-lectoresEsta tarde estuve comentando con una amiga 2.0 sobre las posibilidades que una trama pudiera tener. Ella está en el proceso de elaboración creativa, un lío amoroso y cruel a partes iguales, y quería saber mi opinión.

   Como lector puedo darlo. Como aspirante a escribiente (eso de escritor está demasiado lejos como para tomarlo en consideración) me aventuro un poco más. Pero es en lo primero en donde me encuentro seguro. Y como tal intenté ayudarla.

   Nada hay mejor para escribir que leer. Nada hay mejor para comprender nuestro mundo que entre las páginas idealizadas de un libro. No conozco mayor placer desde pequeños que las tapas abiertas de un libro, con sus grandes fotos y los pie de página ilustrativos, y las historias entrelazadas entre sus hojas.

   Sé que en la sociedad actual (una redundancia, pues toda sociedad es actual en el constante presente en el que navegamos) prima más la información visual y auditiva, tendemos a la pereza y yo me incluyo. Pero sólo la comprensión de lo que vemos y escuchamos viene tamizado por lo que leemos: entendemos mejor lo que nos ocurre a nosotros y a los demás a través del lenguaje. No en vano nuestro primer impulso ha sido siempre coger un papel y empezar a garabatear nuestros sentimientos o las ideas confusas que buscan una explicación coherente. Incluso con la facilidad que tenemos ahora de grabar un vídeo, sin base en papel las ideas son inconexas y pierden su valor de transmisión y, más todavía, su fuerza catártica y aseverativa en nuestro interior.

   Sin querer esta tarde me vi creando historias de ideas que ella me sugería y, a la vez, intentaba resolver los posibles problemas dramáticos a los que la historia la estaba llevando. Que es más fácil resolver problemas ajenos nos es algo que se me escapa. Pero había magia en ese intercambio de ideas, pues me sentía lector y escritor a partes iguales: podía verme escribiendo la trama y juzgándola; encontraba salidas versátiles a posibles baches argumentases; llevaba mi imaginación una velocidad sólo parecida a la de la luz.

   Y ese proceso creativo sólo se debe al leer. Soy lector. Como soy médico. Como soy ser humano. No podría ser de otro modo. Y, como lector, sé que el mundo es más vasto de lo que nunca podré imaginar y que lo puedo comprender porque hallo razones a los vericuetos de mi vida, a veces justificaciones y las más, mi propio retrato en las líneas leídas en ocasiones con ansia, y otras, con cierto desdén.

   Hoy es el Día del Lector. Yo lo ignoraba. Pero quizá sí haga falta recordarlo a veces. No hay paraíso que quede oculto fuera de las tapas de un libro. Ni una película sería lo que es, ni una canción lo que es, sin el soporte de una trama escrita, sin los sentimientos anotados, palabra por palabra, en una hoja de papel.

   Mi primer amor está oculto entre las tapas de un libro. Y mi vida también.

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