Hoy lo hace la luna y también las estrellas.
Mañana el mundo girará otra vez. Un día por el año, unas horas por el día.
Hoy parece que todo se detiene. Los sueños, las lágrimas y las ideas.
Quedan los sentidos libres y el peso de nuestros cuerpos.
Mañana la vida empezará de nuevo. Siempre mañana.
Pero yo no quiero que llegue mañana. Quiero sujetarme a ti, sentirte tan cerca que respiremos a la vez, que cerremos los ojos y nos besemos callados, sin voces, sin palabras.
Mañana llegará y te amaré más. Porque en el nuevo día siempre hay más.
Pero yo quiero todo lo que tengo hoy. Mis manos llenas, mis piernas entre las tuyas. Quiero sujetarme a tu posta, sentir que fluye el corazón abierto y que llega a tu pecho, cerrado de besos.
Mañana siempre es una promesa. Un lo que vendrá.
Hoy te tengo, hoy estás aquí. Y no me importa esperar el futuro, porque lo tengo junto a mí.
Mañana, mañana vendrá y ya se verá. Cómo afrontar los problemas, cómo encontrar una nueva forma de vida.
Mientras tanto esta noche estamos juntos, no importa cuánto ni cómo, enredados como garabatos, calientes y flexibles y llenos de deseos y de sueños.
De sueños que llegarán a mañana.
Mañana. Junto a ti.
Como hoy.