¿Qué clase de hombre soy? Que no sabe del amor, que le cuesta decidirse, decir que sí, decir que no; lamentarse; angustiarse; relajarse; amar.
¿Qué juego juego conmigo y con los demás? ¿Qué sé yo del amor? Si viajo con una máscara que cubre mis defectos y mi inapetencia, que le importa un sentido lo mismo que un papel vacío y que besa unos labios con inapetencia y desgana.
¿Qué clase de tonto soy? Que no se ha enamorado nunca.
¿Seré el único al que le ocurre algo así? ¿Qué tipo de hombre soy, una concha vacía, un corazón que no late ni se integra ni se entrega ni se defiende ni se abandona?
Soy un payaso que nada sabe del amor. Que nada sabe de la vida, porque la vida es amor y todo está relacionado.
¿Por qué no puedo amar como cualquier otro hombre? ¿Por qué lo racionalizo todo, la sensualidad también y el abandono?
No lo sé…
Sólo sé que soy así. Me asomo al espejo y veo unos ojos que brillan sin sentido y una sonrisa que parece una mueca. Una máscara de arcilla que juega al juego de la evasiva y un corazón que, de tanto que no late, parece un juguete roto esperando a ser reparado.
¿Por qué no puedo ser un tonto al que le da lo mismo, amar hasta el tuétano, ser querido, ser mordido, ser abrazado, ser deseado y ser olvidado?
No lo sé.
¿Qué clase de hombre soy? Un tonto incapaz de enamorares, de abandonarse a otro corazón, de ser herido y curado, de ser soñado y abrazado. Frigidez de sentimientos, carencia absoluta de tactos.
¿Qué clase de tonto soy?
No lo sé…
Sólo sé que desde que te fuiste el mundo se ha detenido para mí. El tiempo pasa sobre todos y sobre mí. Y, como cualquier otro hombre, me despierto y me levanto, me aseo e ingiero mis alimentos, me acuesto e intento dormir sin soñar.
Estos labios que ya no quieren besar. Estos brazos que se han olvidado de abrazar. Esta vida que se ha olvidado de vivir y que se sabe incapaz, inmóvil e insensible a una caricia, a un beso, a un amor.
¿Qué clase de hombre soy?
No lo sé…
Sólo sé que tonto soy. Y que nada queda atrás.
Precioso pensamiento, yo diria que cada ser humano es un tonto que va por la vida dando tropiezos, no es lo mismo ser un pobre tonto que ser un tonto inteligente como tu.
Creo que todos podemos llegar a ser algo tontorrones a veces, cosa que tampoco está mal si, como bien dices, sabemos sacarle partido!
La canción de Sammy Davis Jr. me gusta mucho:
«¿Qué clase de tonto soy, que nunca me he enamorado?
Parece que sólo he querido pensar en mí mismo.
¿Qué clase de hombre soy? Sólo una cáscara vacía, una habitación solitaria
En la que debe habitar un corazón hueco.
¿Qué clase de labios son éstos que mienten con cada beso,
Que susurran palabras vacías de amor que me conducen a esta soledad?
¿Por qué no puedo enamorarme como cualquier otro hombre?
Y tal vez entonces pueda saber qué clase de tonto soy.
¿Qué clase de payaso soy? ¿Qué se yo de la vida?
¿Por qué no puedo quitarme la máscara de mi personaje y vivir mi vida real?
¿Por qué no puedo enamorarme hasta que todo me importe un bledo?
Y tal vez entonces pueda saber qué clase de tonto soy.»
Supongo que la respuesta es valor… valor para dejarse ir, para depender de otro aunque te pueda herir… o inconciencia para no pensar en lo que puedes sufrir o exceso de positivismo y pensar que «to’ er mundo eh bueno» y no te van a herir (por lo menos a propósito… ) En fin… ya ves: respuesta múltiple.
Un bico
Como la pregunta, una respuesta múltiple. Y sí, la canción original de Sammy Davis Jr. es maravillosa!