– ¡Oh!…¿Qué hora es? Me he quedado traspuesto.
– Las once.
– ¿Las once ya? ¡Qué tarde! Y mira qué oscuro está…
– ¡No! No te levantes…
– ¿Por qué?
– Porque no podría hacerlo yo. Se me han agarrotado las piernas mientras dormías con la cabeza apoyada en ellas. Y no quería despertarte…
– Serás tonto… ¿Y por qué no? Ahora vas a estar con ese hormigueo qué sé yo cuanto tiempo…
– No importa, de verdad… ¿Por qué no te quedas un poco más?
– ¿Un poco más? Pero se ha hecho tarde ya…
– Quédate.
– ¿Aquí?
– Quédate esta noche. Aquí. Conmigo.
– Me quedaría para siempre…
– Hecho.
Esta noche,también YO,me quedo CONTIGO……Gracias mi bello amigo.