Melody Gardot. Baby, I’m A Fool.
Los vídeos de Vodpod ya no están disponibles.
Tuve y tengo la inmensa suerte de conocer a Philippe Servais hace ahora un año. Personalmente, quiero decir. Antes ya se había establecido entre nosotros una conexión calurosa, de mutua admiración y respeto, a través de ese mundo en constante expansión que es Internet.
Recuerdo cuando lo vi. Sentado y esperando con cara de aburrido, cuan largo es (porque es muy alto), a que su equipaje apareciese por algún lugar de la T4 en Barajas (Madrid.) Lo vi, con mis ojos de miope redomado, y lo reconocí casi al instante. Rubio y con pinta de guiry, es tan atractivo que casi quita el aliento. Y cuando mira con esos ojos preciosos y la sonrisa más encantadora que había visto en mucho tiempo, pude darme cuenta que la conexión que habíamos experimentado no había sido una ilusión. Una casualidad nos llevó a conocernos, y esa casualidad se mantiene pese a las distancias y al tiempo transcurrido.
Me gustan sus manos largas y expresivas, y la cara de malicia que se le pone cuando dice algo inapropiadamente divertido. Y su mirada. Y su gusto exquisito. Pero por encima de todo, su sonrisa. Y, sí, a veces, cierta tendencia al exhibicionismo que me hace reír.
Él me presentó a Melody Gardot. Me dijo que la escuchase, que me iba a gustar. Y tenía razón. Desde entonces, esta canción se ha convertido de una forma peculiar en nuestra canción. Siempre que la oigo, mis recuerdos se llenan de Philippe Servais; y la oigo muy a menudo, porque es una forma de tenerle cerca de mi corazón.
Y Philippe está de cumpleaños en estos días, y quisiera que esta fuera, si bien poca cosa, una demostración del afecto que le tengo y de lo mucho que lo extraño.
Feliz Cumpleaños, Philippin.