Estuve en Múnich en primavera. Por casualidad, como casi todo lo que me ha ocurrido en la vida. Y, también por casualidad, lo que iba a ser una ciudad carcomida de frío, me recibió siendo una belleza ataviada de sol y flores. Sé que tuve mucha suerte con el clima de Múnich esa primavera; tanto, que los lugareños estaban tan encantados como yo, que descubría la esencia bávara (de la que están muy orgullosos los muniqueses) y la belleza de una ciudad preciosa, pequeña dentro de su importancia, y muy acogedora; y del encuentro con el espíritu alemán, con el que me pude identificar sin miedos.
I was in Munich in springtime. It was a beautiful week, plenty of sun and flowers and beer. But, even knowing I was lucky about weather, Munich blossomed in all its pure spirit and beauty. It’s a pretty city, so beautiful, tender and warm as its citizens, friendly and proud of its Bavarian soul. It was my first touch with German spirit, and it was a collision. My very own spirit identifies with it and I felt like I was at home. I fell in love with Germany through Munich, and even everybody knows Bavarian Region is not exactly like the rest of Germany, it has the same strengh, the same determination and stubborness…And, God, I love that!
Los muniqueses son abiertos, dentro de lo que podemos ser con cualquier extraño; tienden a la sonrisa, y hablan otros idiomas aparte del los propios, como el inglés. Sin embargo intentan esforzarse en hacerse entender, y sonríen abiertamente ante los esfuerzos inútiles que hacía en alemán. Tienen enormes parques, y zonas verdes dentro de la ciudad que se recorre andando. Y sus gustos por los pasajes (propios del centro y norte de Europa) hace que pasear por la ciudad sea más un ejercicio de admiración que un simple ejercicio físico.
If someone would ask me where I’d want to live if I could chosen to, I must admit Germany would be on the list… I love Munich’s peace; how open and proud its people are; and the warm and welcoming they’re.