Arcoiris entre las sombras/ Rainbows in the Clouds.

El día a día/ The days we're living, El mar interior/ The sea inside

   6bff070049f511e384c012a5c69f7cea_8A veces el silencio no es más que una excusa, un disfraz, una pared que nos aísla de la realidad y de los demás (que no siempre es lo mismo).

   A veces el silencio nos ayuda a pasar desapercibidos a nosotros mismos. El sonido de las palabras, el esfuerzo que se necesita para formular los pensamientos que en el aullido del silencio parecen no existir, nos obliga a afrontar las dudas, los sentimientos, los errores e incluso también nuestros supuestos triunfos, y hacerlos reales para nosotros.

   Dentro del silencio flotamos ingrávidos; rodeados de nada, es decir, de sombras, y éstas nos alimentan y también nos adormecen. A veces es necesario esa ectasia, pero nos acostumbramos demasiado rápido a ella, y la vida se cuela entre los dedos sin remedio.

   Oír a la Dra. Maya Angelou hablar de una forma tan sencilla sobre las sombras que nos rodean, lo que significan, lo que realmente representan y lo sencillo que es, en el fondo, la vida que vivimos, es enternecedor. Ella habla con la sabiduría de los años, sí, pero también del  corazón. No en vano su vida es espectacular, y siendo así, no más singular que la de cualquiera de nosotros.

   Es difícil aceptar las cartas que la vida nos reparte. Eckhart Tolle suele resumirlo también de una forma sencilla, que no simple: cuando no se pueden cambiar las circunstancias que nos rodean, sólo aceptándolas y viviéndolas se superan y quedan atrás. No se disuelven, no desaparecen: sólo se deshace la lucha interna, ese suicido brutal en el que caemos, generalmente en silencio, en el que la frustración nos lleva a la inactividad, al no importa ya se arreglará y a desesperar sin final.

   Puede que sea eso nada más la causa de la tristeza, de la ausencia de palabras, del cese del ruido de este blog y de mi propia vida: navegar en las sombras no nos hace más humanos, sólo más tristes. Sin embargo, siempre hay arcoiris entre las sombras. Somos más de lo que obviamos, generalmente porque no nos damos cuenta de ello y no por nada en especial, y lo somos por nosotros mismos y por todo lo que nos rodea, por todos aquellos que forman, uno detrás de otro, nuestra vida.

   A veces el silencio no nos deja ver que, aún entre las sombras, los arcoiris brillan, y que junto con lo que menos nos gusta de nosotros mismos, habitan en nuestro interior dando luz y fuerzas para seguir.

   Aceptar y jugar con las cartas que se tienen. A veces desesperar. A veces renunciar. A veces callar. Pero siempre lleno de luz, siempre sabedores que, aún entre las sombras, el arcoiris brillará por nosotros siempre.